Volvemos a la carretera

Todavía no nos vamos de viaje como entendemos nosotros el viaje en furgo. Es decir, para vivir, dormir y disfrutar dentro de ella. Pero sí nos vamos de viaje para ver, sin abrazar, a nuestras familias. Y no podemos sentir más emoción y nervios. Lo uno y lo otro.

El tiempo pasa volando. El tiempo, por extraño que sea, se evapora. La última vez que nos asomamos a este espacio habíamos disfrutado del sol, del mar y de Cádiz. Después, vino lo otro. El encierro, las muertes, la vulnerabilidad, el insomnio y la furgo aparcada, sin la ITV en regla…

Éste va a ser un verano extraño, tanto como el tiempo que nos ha tocado vivir. Nosotros, que conjugamos a la perfección el verbo ‘improvisar’, decidiremos nuestro destino en el último momento.

Soñábamos con Córcega, pero nos quedaremos cerca.

Si bien, buscaremos agua. Mar o río, necesitamos sumergirnos quizá para sentir que purificamos y limpiamos este tono triste que nos ha cubierto en las últimas semanas, en los últimos meses.

Sentimos que somos afortunados porque nuestra furgo nos permite esto, hacer y deshacer.

Pronto, también, compartiremos con vosotros una gran noticia…

Ah, y a partir de ahora, ya no viajaremos solos. Lo haremos con yayi Lala, la perra de aguas que hemos adoptado hace unas semanas. Será una aventura convivir en un espacio pequeño con sus ronquidos de perreta de casi 11 años.

Bienvenido, verano, tenemos ganas de viajarte…